lunes, 21 de enero de 2008

Vacaciones invernales. Parte 1. Bergamo

Pues por fin llegó el 18 de enero, marcado en el calendario desde hace ya varios meses. 1 año después vuelve a tener varios días en los que soy totalmente libre, ni exámenes a días vista, ni nada de nada, solo 30 días para descansar, recargar las pilas y divertirme todo lo que pueda.


El viernes hice mi último examen, un cuatrimestre difícil, pero que ya ha terminado, andaremos pendientes de las notas, pero todavía tengo margen de maniobra para acabar el año que viene si suspendo alguna, así que relativamente tranquilo.


Pues acabó el estudiar y comenzó el disfrutar, todo comenzó con una noche de fiesta con los compañeros de clase y continuó ayer con la visita relámpago a Milán-Bergamo. Cogimos el vuelo matutino de Ryanair que conecta Girona con el aeropuerto de la ciudad de Bergamo, al noreste de Milán. Curi y Dreamliner (ambos Alberto y Albert respectivamente) ibamos con la mochila llena de pilas y ganas de disfrutar de un día de spotting en tierras italianas. El vuelo perfecto, llegando a su hora pero ya por el camino intuímos que el clima no iba a compañar, grandes masas de nubes cubrían todo el Mediterráneo o eso quisimos ver en la oscuridad que se presenta a las 7 de la mañana, comenzaban a verse los primeros rayos de sol y las montañas de los Alpes más meridionales mostraban sus nevadas cumbres. Una aproximación preciosa, la grabé en video en cuanto la tenga lista la colgaré en youtube, así como las fotos a la espera de validación en aviationcorner.


Pues si, salimos de la terminal dirección a los sitios de spotting que nos habían comentado, los coches helados nos esperaban en el parking, hacia frio, debíamos rondar los 2ºC y la niebla por ahora no era excesivamente espesa, salían varios tráficos, sobretodo Ryanairs y otros llegaban. Había una relativa variedad en plataforma, CRJ900 de Myair, A320 de Wizzair, un Fokker desconocido, un Air Berlin y un BAE146 de CityJet, algunos Ryanair tras ellos y al final en la plataforma de carga dos 757 de DHL, uno blanco y otro amarillo, lástima de no cazarlos junto con B737 de carga, el primero que veía en mi corta historia como spotter.


La niebla se hacia más densa y pronto desde nuestra posición dejamos de ver la pista, así que decidimos buscar nuestro segundo lugar de spotting, que estaba lejos, al menos caminando. Tras fallar en el primer intento de buscar el que creíamos era el camino más corto dimos con la solución un poco a tientas, pero finalmente conseguimos llegar tras algo más de 1 hora andando y tras hacer parada en el centro comercial más grande que he visto nunca a nuestro destino. Allí varios spotters locales nos dieron la bienvenida. Sacamos varias fotos, la niebla nos respetaba y parecía que el sol, ya pasadas las 12 de la mañana tenía su efecto, pero poco nos duró la alegría, a las 3 estabamos recogiendo para volvernos, la niebla llevaba un rato por alli y esta vez para quedarse, nuestro avión salía pasadas las 8, no teníamos prisa pero la niebla nos hacia imposible tomar cualquier foto, simplemente los aviones no se veían, nada.


Llegamos a la terminal, abarrotada de gente, los 100 metros de visibilidad que cantaba el METAR estaban teniendo su efecto, procedimientos de baja visibilidad y retrasos, cancelaciones y desvios. Nos temíamos que nuestro avión no fuera a salir es anoche y tuviéramos que pasar noche, pero pronto apareció nuestro avión en los paneles con solo 40 minutos de retraso, cuando lo más común rondaba las 2 horas, algunos de incluso 5 horas, los 40 minutos resultaron en 2 horas con un cambio de puerta que revolucionó un poco el gallinero. El vuelo de vuelta rapidísimo, se nota que se tenía que recortar como fuera. Ya en Girona quedaba aún 1 hora de camino hasta casa, llegué a casa y caí rendido, era el tercer día consecutivo que apenas dormía 3 horas.

Hoy ya descansado narro mi primera aventura en estos días. Más están por venir...